Más del 60% de los españoles que sufre cefaleas no acude al médico

Actualizado: miércoles, 19 abril 2006 0:01


MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Sociedad Española de Medicina General (SEMG) advirtió hoy que más del 60 por ciento de españoles que sufre cefaleas no acude al médico para recibir un tratamiento adecuado y el 68 por ciento no está diagnosticado. Además, se estima que un 3 por ciento de la población española padece cefalea crónica diaria por el abuso del consumo de analgésicos, según informó hoy la entidad, con motivo del 'Día Nacional de la Cefalea', que se celebra mañana.

En concreto un 70% de la población española tiene cefaleas tensionales, consistentes en dolores sordos y constantes a ambos lados de la cabeza o en los músculos del cuello; mientras que un 12% sufre migrañas (dolores de cabeza acompañados de vómitos, náuseas, sensibilidad a la luz y al ruido).

La coordinadora del Grupo de Trabajo de Cefaleas de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), Mercedes Otero, consideró que la población no está totalmente sensibilizada frente a esta enfermedad y que es necesario que la Administración y los profesionales sanitarios informen a los ciudadanos sobre cómo prevenir y tratar esta patología, que está considerada como uno de los principales problemas de salud pública.

"Los afectados tienen que ser conscientes de que la cefalea puede tener solución si acuden a su médico y que no deben automedicarse, ya que puede llegar a provocar una intoxicación farmacológica que acabe cronificando el dolor de cabeza", advierte la experta.

No obstante, los profesionales afirman que no todas las personas que sufren dolor de cabeza deben ir al facultativo, sino que lo deben hacer al no tener claro los motivos que causan su dolor.

Asimismo, los expertos indican que los trastornos ocasionados por las cefaleas suponen en la mayoría de los casos una significativa reducción de la calidad de vida de las personas que la padecen, repercutiendo en su entorno familiar y social. En España se estima que la cefalea provoca un absentismo laboral que supone un coste de más de mil millones de euros, según la SEMG.