Mantener la ilusión ayuda a los enfermos paliativos a evitar la soledad del final de la vida

Actualizado: martes, 22 noviembre 2011 15:42

MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

En España más de 250.000 personas requieren cuidados paliativos al año, y se sabe que en el 30 por ciento de los casos los pacientes en fase terminal pueden sentir desánimo, que les impide desarrollar actividades cotidianas y aumentan su sensación de soledad al final de la vida. Ante esta situación el remedio se encuentra en mantener la ilusión de estos pacientes y, como explica la trabajadora social Lourdes Corredera Parra, esto es posible gracias al desarrollo de actividades de ocio y el apoyo del voluntariado.

Con el objetivo de "hacer el último tramo de vida un poco más fácil y con un poco más de alegría", esta experta aboga por llevar a estos enfermos, teniendo en cuenta sus limitaciones, a una sala de cine o un casino en el propio centro; desarrollar talleres de zarzuela, teatro y manualidades; e, incluso, celebrar cada viernes con baile y actuaciones musicales o de variedades, "como si cada semana fuera navidad".

"Hay que darles la oportunidad de no meter la cabeza únicamente en la enfermedad y el final de la vida. Se debe intentar que cada día disfruten de cosas que igual son sencillas, que en una situación normal no se le darían importancia, pero que para ellos es muy bueno", explica esta experta que desarrolla en el Hospital Centro de Cuidados LAGUNA un programa de ocio completo.

En el caso de este centro, que atiende a medio millar de personas al año, con una estancia medía que transcurre entre los 20 y 45 días, tiene como pilar del tratamiento llevar a cabo estas actividades sociales, ya que las definen como terapeúticas porque saben que mejoran la calidad de vida de los enfermos en fase terminal.

Estudios recientes mostraban que el 76 por ciento de los enfermos que decían que el tiempo se les hacía corto o muy corto por desempeñar alguna actividad, decían encontrarse bien o muy bien.

"Tenemos la imagen de que este tipo de hospitales donde se cuida el final de la vida deben ser sitios lúgubres, pero realmente hay sitio para la esperanza", advierte, al tiempo que destaca que, "evidentemente, muchas veces se respira tensión y tristeza", algo inevitable que afecta a familiares, pacientes y voluntarios.

LA PIEDRA ANGULAR: EL VOLUNTARIADO

Corredera Parra destaca que esto no sería posible sin la ayuda de los voluntarios, a los que define como "el corazón del mundo". Anualmente, más de medio centenar de voluntarios colaboran en este centro pero, explica, son necesarios muchos más.

"Voluntarios de todas las edades derrochan cariño, atención, e iniciativa para hacer llegar el calor humano y compañía a los enfermos, precisamente cuando se encuentran especialmente desvalidos y están más necesitados de cariño y atención", señala.

Pero además de iniciativa y cariño, los voluntarios necesitan también una formación específica para poder acompañar y apoyar a los pacientes en esta fase de su enfermedad. Por este motivo, desde LAGUNA se promueven cursos gratuitos de formación dirigidos específicamente a los voluntarios que acompañan a los pacientes en sus últimos momentos.

Precisamente, este martes se ha desarrollado este curso y, anuncian que se puede acudir gratuitamente a otro el día 1 de diciembre de formación básica en acompañamiento.

Corredera Parra destaca que es acuciante la necesidad de voluntarios para atender a los pacientes, ya que debido a los cambios en la estructura social, se dan casos de pacientes que se encuentran especialmente solos y necesitan compañía y apoyo de personas con tiempo y disponibilidad.

Y para ello, añade, no es necesario tener un conocimiento asistencial o sanitario. Lo único que piden es "compromiso", que haya una asiduidad en la asistencia, porque la formación corre por su cuenta. Asimismo, explican que una vez dentro cuentan con el equipo psicosocial del centro en caso de verse afectado por la situación del paciente.

Aunque, recuerda, para que el duelo no se lleve a casa, que "es importante marcar los tiempos, no excederse de la disponibilidad y luego cuidarse mucho fuera del hospital, mantener la cabeza en actividades de ocio, y saber que no es una obligación".