Logran averiguar la capacidad analgésica de los fármacos antes de testarlos en animales

Investigadores del Idibell
IDIBELL
Actualizado: martes, 7 octubre 2014 0:25

BARCELONA, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Insituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), la Universitat de Barcelona (UB) y Esteve han desarrollado una nueva tecnología que permite averiguar la capacidad analgésica de los fármacos antes de testarlos en animales, lo que permite un ahorro de tiempo y dinero en la búsqueda de nuevos medicamentos efectivos contra el dolor.

En el desarrollo de nuevos fármacos analgésicos, la eficacia de estas moléculas se ha demostrado tradicionalmente utilizando animales que sienten dolor, un proceso "pesado, costoso y a veces poco esclarecedor", han informado este jueves en un comunicado conjunto el Idibell, la UB y Esteve.

Los investigadores, dirigidos por el profesor de la UB Francisco Ciruela, han desarrollado un biosensor basado en la transferencia de energía ecos de fluorescencia (Fret), que permite catalogar en un sistema sencillo su eficacia analgésica.

Los experimentos realizados han permitido establecer una correlación directa entre la señal Fret del biosensor en respuesta a fármacos conocidos y la eficacia analgésica de los mismos.

"Con este patrón tan definido podemos tomar una nueva molécula y hacer una predicción de su comportamiento analgésico", ha valorado Ciruela, que ha revelado que esta nueva tecnología ya ha sido patentada.

Aunque todavía es pronto para aprovechar todo el rendimiento de este hallazgo porque los investigadores todavía están haciendo mediciones de Fret con los fármacos "de uno en uno", se espera que pronto pueda aplicarse de forma extensiva.

FARMACOLOGÍA DEL DOLOR

Ciruela ha recordado que en la farmacología del dolor existen dos grupos principales de fármacos: los antiinflamatorios no esteroideos (Aine) y los opioides, cada uno de ellos con mecanismos de acción diferentes y con un techo analgésico y efectos secundarios desiguales.

Mientras que los Aine --por ejemplo, el ibuprofeno-- tienen una potencia analgésica entre baja y moderada y unos efectos secundarios moderados, los opioides --por ejemplo, la morfina-- son analgésicos muy potentes y su uso puede comportar la aparición de efectos adversos graves.

Por lo tanto, "hay un vacío analgésico importante", no sólo en cuanto a presentar un perfil de beneficio-riesgo favorable para el tratamiento del dolor alto, sino también en cuanto al abordaje del dolor, donde a menudo los fármacos de referencia no son efectivos.