La familia de Déborah Catalán, muerta tras una liposucción, solicita 4 años de prisión para los doctores que la operaron

Actualizado: lunes, 29 mayo 2006 12:05

El juicio se inicia hoy en el Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid

MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) -

Los hermanos y el padre de Déborah Catalán, una joven de 34 años de edad fallecida el 25 de enero de 2002 tras someterse a una tratamiento de cirugía estética en el Centro ICEMA de Madrid, exigieron ayer que los dos médicos que intervinieron a su hermana "paguen por lo que hicieron". "Fue una carnicería", afirmó Mara Catalán, la menor de las hermanas de Déborah, quien aseguró que la clínica "no tenían el equipo necesario para hacer lo que iban a hacer".

La familia solicita "una pena de 4 años de prisión e inhabilitación para el ejercicio profesional por un período de 6 años" para los dos doctores acusados, Gerardo Raúl Senderowicz y Victoria Bonne, en el juicio que comienza hoy en el Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid, según explicó su abogada, María Jesús González.

En declaraciones a Europa Press Televisión, la hermana menor de Déborah aseguró que toda la familia está pasando por "un momento difícil". "El juicio supone remover todo otra vez, volver a pasar por el dolor", dijo, aunque se mostró dispuesta a "seguir hasta el final".

Ella fue la que encontró en el piso de la fallecida el presupuesto que demostraba que Déborah se iba a someter a una liposucción en la clínica de los dos acusados. "Ella creía mucho en la gente, era muy sensata, responsable, estudiosa y yo creo que estas dos personas se aprovecharon de su confianza", comentó.

"MIS HIJOS HAN PERDIDO UNA PARTE DE MI"

"Para mí todo esto es muy importante porque tenía un hijo cuando pasó, espero mi tercero, y ahora siento que una parte de mí la han perdido, no van a poder conocer a Débora, que para mi era una persona muy importante", se quejó.

Otra de las hermanas de Déborah, Sarah Catalán, recalcó que los miembros de la familia afrontan el juicio "con cierta serenidad" porque están "muy seguros de lo que ocurrió". "Está tan claro todo, que para nosotros es casi imposible que no se haga justicia", dijo. "Esas dos personas no deben salir impunes", sentenció.

Sarah estaba en Nueva York cuando se enteró que su hermana había muerto y tuvo que esperar dos días antes de poder coger un vuelo y llegar a Madrid. "El dolor y el desgarramiento fue absoluto, no entendíamos que había pasado", recordó. "Ya que este asunto ha tenido esta repercusión social tan fuerte creo que es importante que haya una pena condenatoria para que no vuelva a pasar", añadió.

PIDEN QUE SEAN PROCESADOS POR HOMICIDIO

Por su parte, la abogada de la acusación particular, María Jesús González, señaló que han pedido que "los dos acusados sean procesados por un delito de homicidio grave y profesional", una petición similar a la de la fiscalía.

La joven Déborah acudió el 25 de enero de 2002 al Centro ICEMA para que le fuera practicada una liposucción por el doctor Senderowicz y la doctora Bonne. "A los diez minutos de inyectarle la anestesia Déborah entró en convulsión y, tras ésta, en parada cardiorrespiratoria. Cuando llegó el 061, la joven había fallecido", precisó.

Uno de los principales argumentos de la acusación es "que no se puede hacer una operación quirúrgica de esas características en un centro como en el que se llevó a cabo". González insistió en la deficiencia del centro ICEMA para esta intervención y consideró que, para el tratamiento al que se sometió Débora, "habría sido necesaria una clínica con otras condiciones, la asistencia de un anestesiólogo y, por supuesto, todos los aparatos necesarios para una situación de extrema urgencia, como los elementos de reanimación".

Además, la abogada subrayó la ausencia de "una vía intravenosa previa en la propia Déborah", algo que la acusación creyó necesario para que ante cualquier complicación "se hubiera aplicado por esta vía los medicamentos necesarios". La joven entró "en convulsión y fue imposible ponerle una vía para suministrarle un tratamiento paliativo" contra la dosis tóxica de anestesia que le produjo la muerte.

UNA DOSIS TÓXICA DE ANESTESIA.

González lamentó que Déborah recibiera "dos anestésicos que no se deben inyectar juntos, porque se potencian negativamente". "La combinación de los anestésicos y las dosis aplicadas provocaron la muerte de Débora según la conclusión del médico forense", citó la abogada.

Ante la suposición de una reacción alérgica de la joven, la acusación desterró cualquier duda en este sentido, "puesto que es incompatible la causa de la muerte de Débora con una causa alérgica". "La sintomatología que se detectó en la chica no era en absoluto una sintomatología de un shock anafiláctico --reacción alérgica extrema--, si no que era claramente una intoxicación por una dosis tóxica", recalcó.

La letrada recordó que el centro ICEMA "carecía de la licencia oportuna para desarrollar su labor, incluso como consultoría médica". En este sentido, González relató que "la Administración dio al centro una licencia provisional sólo como consulta médica y que cuando caducó, a los seis meses, no se renovó". "Pero aunque esta licencia como consulta hubiera sido definitiva no permitía el tipo de intervención que se realizó a Débora", subrayó.

De cualquier manera, González no vio mayor relevancia en que el centro tuviera o no la licencia para la intervención quirúrgica de Débora, puesto que "la diligencia de los doctores habría sido la misma y los medios habrían seguido siendo deficitarios", concluyó.