Especialistas en nutrición deberían diseñar y controlar los menús de las personas que comen fuera

Actualizado: miércoles, 7 febrero 2007 22:01


PAMPLONA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

En las grandes ciudades, al menos el 20% de la población entre la edad escolar y la jubilación realiza la comida principal fuera de casa, situación que se repite cinco días por semana durante 8-10 meses al año, afirma el doctor Javier Aranceta, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, quien aboga por que sean especialistas en nutrición los que "controlen y avalen" estos menús.

Este experto señala que en la mayor parte de las ocasiones el usuario no puede configurar su menú, por lo que su ingesta nutricional "depende en gran medida de los responsables correspondientes del lugar donde come". Ante esta situación, aboga por que en estos casos se legisle la obligatoriedad de que un especialista en nutrición diseñe, controle y avale dicho menú, como en otros países.

Un estudio sobre la dieta media de los españoles revela que "la del 50% es aceptable, un 40% debe mejorar de forma importante sus hábitos y un 10% debería cambiar su alimentación porque es de mala calidad", apunta este especialista, que advierte que en torno al 60% de las enfermedades crónicas, entre ellas las cardiovasculares, el cáncer o la osteoporosis, se relacionan en mayor o menor medida con la alimentación.

UNIDAD DE NUTRICIÓN

El doctor Aranceta propone la creación en cada comunidad autónoma de una Unidad de Nutrición, como ya existe en el País Vasco, Cataluña, Valencia, Andalucía, Madrid y Canarias.

"Estas unidades administrativas se encargarían de diseñar y desarrollar programas permanentes en este ámbito, que marquen unos objetivos dentro de las políticas sanitarias", según este especialista, que solicita la colaboración de los ayuntamientos para llegar a cada ciudadano.

Aunque aboga por promover una dieta tradicional, el profesor de la Universidad de Navarra considera que a veces se puede valorar el apoyo en preparados comerciales como los probióticos para ayudar a cubrir las necesidades nutricionales.

"En algunas situaciones -intolerancia, alergia, aversión- son un vehículo para ayudarnos a consumir elementos saludables", apunta, aunque precisa que "no parece afortunado sustituir por comodidad una ración de frutas y verduras por un preparado que se pretende aproximar, pero que no tiene el valor nutricional ni organoléptico (olor, sabor, textura) de los elementos que la naturaleza nos brinda en formato de alimento".

El doctor Javier Aranceta cree que es positiva la norma europea que entrará en vigor en junio de este año y que obliga a las empresas a probar ante la Agencia Europea de Alimentación las propiedades nutricionales que incluyan en los etiquetados de sus productos. "Si se presenta como preventivo o coadyuvante para una patología, es necesario que la relación causa-efecto entre la ingesta y el beneficio para la salud tenga evidencia científica, no que resulte sólo un reclamo para vender más", concluye.