Actualizado: martes, 25 septiembre 2012 19:04


MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

La combinación de dos terapias neuroprotectoras, el ejercicio físico voluntario y la ingestión diaria de melatonina, puede tener un efecto sinérgico contra el deterioro cerebral en roedores que poseen tres mutaciones de la enfermedad de Alzheimer, según los resultados de un estudio realizado por investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB), en colaboración con la Universidad de Granada y la Universidad Autónoma de Barcelona.

Los expertos, según publica la 'Neurobiology of Aging', analizaron el efecto combinado del deporte y la melatonina en estos ratones 3xTg-AD que se encontraban en una fase inicial del Alzheimer, con dificultades de aprendizaje y alteraciones del comportamiento como ansiedad y apatía.

Los ratones se dividieron en un grupo control y tres grupos con diferente tratamiento: ejercicio (una rueda giratoria en la que podían correr ilimitadamente), melatonina (una dosis equivalente a 10 mg/kg de peso corporal), y la combinación de melatonina y ejercicio físico voluntario. Además, se añadió como referencia un grupo de ratones sin las mutaciones de la enfermedad.

"Tras seis meses, el estado de los ratones en tratamiento fue más próximo al de los roedores sin mutaciones que al estado de patología inicial, con lo que podemos hablar de reversión significativa de la enfermedad", ha explicado al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) Coral Sanfeliu, del IIBB.

Los resultados muestran una mejora general en el comportamiento, aprendizaje y memoria con los tres tratamientos.

Estos procedimientos también protegieron el tejido cerebral del estrés oxidativo y en buena medida del exceso del péptido beta amiloide y la proteína TAU hiperfosforilada causado por las mutaciones. En el caso de las mitocondrias, el efecto combinado produjo un aumento de los marcadores de mejoría funcional analizados que no se vio por separado.

"El traslado a los pacientes de las terapias efectivas en modelos animales no siempre es consistente, ya que en los humanos la enfermedad evoluciona durante años y cuando aparecen las pérdidas de memoria el cerebro está muy deteriorado", ha señalado la experta del IIBB.

Sin embargo, diversos estudios clínicos han descrito indicios de beneficios físicos y mentales inducidos por ambos tratamientos en enfermos de Alzheimer.

Para los autores, mientras no se encuentre un tratamiento farmacológico adecuado, la adopción de hábitos de vida saludables son vitales para reducir el riesgo de aparición de la enfermedad y disminuir la severidad de sus efectos.

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