La mayoría de los oncólogos falla al elegir la mejor opción para tratar el dolor de sus pacientes

Actualizado: martes, 15 noviembre 2011 11:59


MADRID, 15 Nov. (Reuters/EP) -

Muchos oncólogos estadounidenses piensan que son buenos a la hora de manejar el dolor de sus pacientes. Sin embargo, la mayoría se equivoca a la hora de elegir la mejor opción de tratamiento y reconoce que el nivel de dolor que experimentan las personas a las que atienden es aún una gran barrera para su correcta asistencia.

Así lo señala una encuesta realizada a unos 600 oncólogos por el Beth Israel Medical Center, de Nueva York, cuyos resultados se publican en la especializada 'Journal of Clinical Oncology' y muestra en estos médicos una escasa capacitación para manejar el dolor y, por ello, pide más esfuerzos para formar a este colectivo.

Según la autora del este trabajo Brenda Breuer, "estos datos sugieren que, durante más de 20 años, el foco del dolor en cáncer no ha dirigido adecuadamente la percepción de las barreras o limitaciones de tratamiento en el conocimiento sobre el dolor y la práctica dentro de la comunidad oncológica".

Los oncólogos que contestaron a esta encuesta pertenecían a centros de atención global al cáncer, hospitales y administración. De media, los médicos puntuaron su propia capacidad para manejar el dolor con un 7 en una escala del 0 al 10. No obstante, señalaron que otros oncólogos eran, por lo general, más conservadores en sus tratamientos. Así, valoraron su formación en el manejo del dolor como buena.

La encuesta proponía también dos escenarios, ideados por los autores del estudio, sobre un paciente que sufre dolor, a pesar de haber recibido una dosis relativamente alta de opioides, como la morfina. A estos oncólogos se les preguntó si incrementaría esta dosis, cambiarían la medicación o añadirían un nuevo fármaco.

La respuesta correcta, según los especialistas en dolor, incluye añadir fármacos de acción rápida al régimen original o realizar pequeños incrementos en la dosis diaria del fármaco original.

Sin embargo, la mayoría desechó la respuesta correcta, el 60 por ciento en el primer escenario y el 87 por ciento en la otra cuestión, que requería que el médico explicase por qué un aumento de la dosis de opioides podría ser peligroso.

Los médicos, por lo general, están de acuerdo con que los opioides serían la primera opción de tratamiento para el dolor crónico del cáncer y en que su mejor uso es administrarlo en dosis regulares y no sólo cuando el paciente lo necesite.

Ellos dicen que el rechazo de los pacientes a reconocer que sienten dolor y a tomar analgésicos fuertes es una barrera para proporcionales la atención adecuada.