El dolor y la separación de sus padres, los miedos más frecuentes de los niños que se someten a una operación

Actualizado: miércoles, 12 marzo 2014 17:59


MADRID, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los niños son pacientes especialmente sensibles cuando tienen que someterse a una intervención quirúrgica, y entre los miedos más frecuentes que presentan son la separación de sus padres o el dolor que creen que pueden padecer, sobre todo si han tenido una experiencia previa desagradable.

Así lo asegura el jefe de servicio de Anestesiología y Reanimación de HM Hospitales, Andrés López García, que ha editado el libro infantil 'La anestesia y los niños' con el fin de transmitir seguridad, afecto y confianza a los niños en estos casos y ofrece consejos a los padres de cómo tranquilizarles.

Este experto reconoce que en ocasiones, y para evitar estos miedos, unos 20 minutos antes de llevarlos a quirófano se les administra una premedicación por vía oral que tiene un efecto tranquilizante y que además favorece que esos momentos no se graben en la memoria del niño.

Además, en la medida de lo posible muchos cirujanos intentan que uno de los padres pueda entrar en el área quirúrgica para acompañar al menor en el despertar", según ha reconocido.

López García reconoce que los padres también suelen tener muchas dudas acerca de los riesgos que la anestesia puede tener para el niño, unas inseguridades que en ocasiones pueden estar relacionadas con la preparación que requieren los menores en los momentos previos.

En cualquier caso, recomienda que la naturalidad es "la mejor forma de acercarse" a estos pacientes y, por ello, hay que intentar explicarle de forma comprensible lo que se va a hacer "sin engaños, evitando las prisas y en un ambiente tranquilo".

"Aunque sea un tópico, los pacientes pediátricos no son adultos pequeños y necesitan explicaciones coherentes con la situación que viven en cada momento, si queremos ganarnos su confianza y evitar que sufran innecesariamente", insiste.

Entre los consejos que recoge este experto en su libro, también está el explicarles dónde van a estar sus padres durante la intervención y que cuando despierten, asegurarles que la anestesia servirá para que durante la operación no les duela nada y que es normal sentirse mareado o adormilado en el despertar.

También es necesario evitar el uso del lenguaje amenazante como "si no te portas bien te van a pinchar", "te hacen respirar un gas" o "con una inyección te duermen"; y los gestos y las emociones de los padres deben ser moderadas, ya que si el niño ve que sus padres están llorando, se asustará. Hay que transmitir confianza para que la intervención quirúrgica no sea una experiencia traumática para el menor.

En el libro se exponen las diferentes formas en las que se realiza la técnica anestésica y se acompañan de una serie de ilustraciones que ayudan a entender el texto y a acercarse a la situación real, todas ellas de una paciente de 12 años que tuvo este experto.