El Congreso Mundial de Médicos Católicos critica a la industria farmacéutica por "insolidaria" con el Tercer Mundo

Actualizado: martes, 16 mayo 2006 13:53

"No estamos contra las empresas ni contra sus beneficios legítimos, pero deben actuar contra la pobreza aunque no le aporte ganancias"

MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -

El XXII Congreso Mundial de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) se clausuró esta semana en Barcelona con la firma de un compromiso de lucha contra la pobreza a través de "la labor humanizadora de la medicina" y con fuertes críticas a la industria farmacéutica, a la que se acusó de ser "insolidaria" con los países en desarrollo.

Bajo el lema 'La pobreza en la era de la globalización', al encuentro asistieron más un millar de médicos de 78 países, y algunos de sus asistentes, como el Cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, lamentaron que sólo cinco estados de Europa cumplan actualmente con el compromiso de dedicar el 0,7% de su PIB a ayudar a los países pobres: Dinamarca, Países Bajos, Luxemburgo, Noruega y Suecia.

Según sus palabras, "los compromisos están para ser cumplidos" y cuando los compromisos se adquieren con los más pobres "estamos ante una obligación moral grave". Según el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, --que también asistió al Congreso--, "una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo consiste en que son relativamente pocos los que poseen mucho, y muchos los que no poseen casi nada". "Es la injusticia de la mala distribución de los bienes y servicios destinados originariamente a todos", añadió.

En este sentido, los expertos plantearon varias acciones para, al menos, "paliar los efectos inhumanos de la pobreza existente en gran parte del planeta", como reafirmar el derecho de los pobres a acceder a la sanidad, sumarse a la petición de que los países dediquen el 0,7% de sus presupuestos a países en desarrollo, reclamar que organismos como la ONU reduzcan sus gastos burocráticos, o impulsar la educación y la telemedicina.

Según el doctor Josep Maria Simón Castellví, de Médicos Cristianos de Cataluña, y presidente del Comité organizador del Congreso, en los países del Sur "la medicina no deber ser un negocio", y denunció que haya "instituciones y empresas relacionados con la medicina del privilegiado Primer Mundo que no se comprometen con el objetivo de luchar contra la pobreza en el mundo".

"La industria farmacéutica de nuestro país no colabora absolutamente nada, ni facilita medicinas a estos países ni las ha suministrado a este Congreso Mundial para que pudiéramos enviarlas a regiones sumidas en la pobreza y cuyos habitantes las precisan con urgencia", recalcó. "Esto es muy grave", dijo.

"No estamos contra la industria, ni contra la empresa, ni contra sus beneficios legítimos, pero reclamamos que la industria farmacéutica tenga en cuenta la realidad mundial de la pobreza y actúe de manera solidaria aunque esto no le aporte un beneficio económico", concluyó.