Científicos dan un "apretón" a las células de cáncer de mama para reconvertirlas en normales

 Cáncer De Mama, Densidad Mamográfica
WIKIPEDIA/A. AVENDAÑO
Actualizado: martes, 18 diciembre 2012 14:54

MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad de California en Berkeley y del 'Lawrence Berkeley National Laboratory', ambos en Estados Unidos, han dado, literalmente, un "apretón" a células malignas mamarias para guiarlas de nuevo a un patrón de crecimiento normal. Los resultados, presentados este lunes en la reunión anual de la Sociedad Americana de Biología Celular que se celebra en San Francisco, muestran por primera vez que las fuerzas mecánicas por sí solas pueden revertir y detener el crecimiento fuera de control de las células cancerosas.

Este cambio se produce aunque permanezcan las mutaciones genéticas responsables de la malignidad. "Estamos demostrando que la organización del tejido es sensible a las entradas mecánicas del entorno en las primeras etapas de crecimiento y desarrollo. Una señal temprana, en forma de compresión, parece llevar estas células malignas de nuevo por el camino correcto", afirmó el investigador principal, Daniel Fletcher, profesor de Bioingeniería de la Universidad de California en Berkeley y científico en el Laboratorio de Berkeley.

A lo largo de la vida de una mujer, el tejido mamario crezca, disminuya y los cambios en una forma altamente organizada en respuesta a cambios en su ciclo reproductivo. Por ejemplo, cuando se forman los acinos, las estructuras en forma de baya que secreta la leche durante la lactancia, las células sanas de mama giran a medida que forman una estructura organizada.

Una de las características iniciales del cáncer de mama es el desglose de este patrón de crecimiento normal. No sólo las células cancerosas continúan creciendo irregularmente cuando no deberían, estudios recientes han demostrado que no giran coherentemente cuando se forman los acinos.

Mientras que la visión tradicional del desarrollo del cáncer se centra en las mutaciones genéticas dentro de la célula, Bissell Mina, científico del Laboratorio de Berkeley, llevó a cabo experimentos que mostraron que una célula maligna no está condenado a convertirse en un tumor, pero que su destino depende de su interacción con el microambiente circundante. Sus investigaciones mostraron que la manipulación de este entorno, a través de la introducción de los inhibidores bioquímicos, podría domar el mutado de las células mamarias para que se comporten con normalidad.

El último trabajo de laboratorio de Fletcher, en colaboración con el laboratorio de Bissell, da un gran paso adelante al introducir el concepto de mecánica en lugar de las influencias químicas sobre el crecimiento de células cancerígenas. Gautham Venugopalan, miembro del laboratorio de Fletcher, llevó a cabo los nuevos experimentos como parte de su recientemente completada tesis doctoral en la Universidad de California en Berkeley.

"La gente ha sabido durante siglos que la fuerza física puede influir en nuestros cuerpos. Cuando levantamos pesas, los músculos se hacen más grandes. La fuerza de gravedad es esencial para mantener los huesos fuertes. Aquí se muestra que la fuerza física puede desempeñar un papel en el crecimiento y la reversión de las células cancerígenas", explicó Venugopalan.

Venugopalan y sus colaboradores hicieron crecer células malignas epiteliales de mama en una sustancia similar a la gelatina que había sido inyectada en las cámaras de silicona flexible, que permitieron a los investigadores aplicar una fuerza de compresión en las primeras fases de desarrollo de las células.

Con el tiempo, las células malignas comprimidas se convirtieron en más organizadas, con ancinos de aspecto saludable, que se parecían a las estructuras normales en comparación con las células malignas que no se comprimieron. Los investigadores utilizaron la microscopía de time-lapse durante varios días para demostrar que la compresión temprana también induce rotación coherente en las células malignas, un rasgo característico del desarrollo normal.

Notablemente, las células dejaron de crecer una vez que la estructura de tejido de la mama se formó, a pesar de que la fuerza de compresión se había eliminado. "Las células malignas no han olvidado por completo cómo estar sano, sino que sólo necesitan las señales correctas para guiarlas de nuevo a un patrón de crecimiento saludable", agregó Venugopalan.

Los investigadores añadieron un fármaco que bloquea la E-cadherina, una proteína que ayuda a las células a adherirse a sus vecinas, lo que provocó que las células malignas regresaran a su apariencia desorganizada, cancerosa, negando los efectos de la compresión y la demostración de la importancia de la comunicación de célula a célula en la formación de la estructura organizada.

Cabe señalar que los científicos no se proponen el desarrollo de sostenedores de compresión como un tratamiento para el cáncer de mama. "La compresión, en y por sí misma no es probable que sea una terapia", afirmó Fletcher, quien apuntó, no obstante, que esto da nuevas pistas para localizar las moléculas y estructuras que eventualmente podrían ser objeto de terapias.