La artritis reumatoide dificulta a los que la padecen realizar acciones cotidianas como caminar o sentarse

Actualizado: jueves, 12 octubre 2006 14:58


MADRID, 12 Oct. (EUROPA PRESS) -

Acciones tan cotidianas como el abrocharse un botón, atarse los zapatos, entrar o salir de la bañera, realizar tareas domésticas como barrer, cambiar los pañales a un niño o incluso, caminar, se convierten para la personas que sufren artritis reumatoide, cuyo Día Mundial se celebra hoy, en una auténtica misión imposible derivada de su enfermedad.

El motivo es que esta dolencia causa una severa y progresiva atrofia de las articulaciones que dificulta las actividades que la mayoría de las personas sanas hacen casi sin darse cuenta. Su origen es todavía desconocido, pero afecta a 200.000 personas en España, de las cuales, un 70 por ciento son mujeres.

Sin embargo, existe un alto grado de desconocimiento de la enfermedad y el diagnóstico en numerosas ocasiones resulta complejo y tardío debido a que sus primeros síntomas son inespecíficos.

Para remediar esta situación y lograr una mayor concienciación social, la Sociedad Española de Reumatología con la colaboración de la Fundación Abbott, han puesto en marcha la campaña 'Mujer y artritis reumatoide: El valor de una vida', en la que colaboran numerosos rostros conocidos como las cantantes Estrella Morente y Soledad Giménez, la actriz Lydia Bosh, la periodista Susana Griso, la bailaora Cristina Hoyos, la escritora Ángeles Caso, la directora de orquesta Inma Shara, la alpinista Araceli Segarra y las políticas Luisa Fernanda Rudi y Carmen Chacón.

Según explicó el director de la Fundación Abbott, Federico Plaza, la campaña está enfocada básicamente hacia las mujeres, que son las que más padecen artritis reumatoide, y las que más sufren la incomprensión familiar y social, y se articula en torno a grabaciones en las que se reune a una paciente con una doctora y una de las caras conocidas mencionadas.

"El objetivo básico es sobre todo el de transmitir optimismo, capacidad de lucha, fuerza y entereza a los pacientes y a sus familias, y conseguir que toda la sociedad se implique con esta enfermedad y apoye a todas las personas que tenga la desgracia de sufrirla", añadió.

DEJAR DE BAILAR

La pasión de Laura Jorquera es bailar, pero cuando le detectaron la enfermedad, le dijeron que debía olvidarse de ello porque lo que necesitaba era mucho reposo. Incluso, no descartaron el que dejase de poder caminar.

"Me encontraba fatal. No podía coger un vaso, prácticamente ni caminar, me tenían que ayudar para levantarme y sentarme en una silla,... Pero yo decidí que tenía que bailar, y la directora del ballet me dijo que lo que quería es que yo me recuperase pero que seguiría contando conmigo", recordó Laura.

Esa comprensión fue importante para ella, y le dio fuerzas para intentar superarse. Empezó a hacer ejercicios en la piscina para recuperar masa muscular, y consiguió actuar en la función de final de año. "Fue algo muy cortito, pero pude hacerlo", explicó.

Laura participó en la campaña contando su caso a Soledad Giménez, vocalista del grupo 'Persuntos Implicados', y a la doctora Mercedes Freire, del hospital Juan Canalejo de A Coruña, quien indicó que los pacientes suelen pasar por tres fases: una primera, de negación y rebeldía, en la que se pregunta el por qué de lo que le sucede, y que en muchos casos, supone no seguir el tratamiento.

A continuación, viene "la pena y la tristeza, porque se creen una carga para su familia. En esta fase se necesita apoyo psicológico o recurrir a antidepresivos". A la última fase algunos no llegan, porque "por desgracia, se quedan en la depresión y no salen", que es la de aceptación de la enfermedad.

Es en ésta cuando se toman más en serio el tratamiento y muchos logran mejorar, ya que en la actualidad existen formas de cambiar el curso de la enfermedad. Aún así, un 22 por ciento de los pacientes no logran recuperar su autosuficiencia.