Andalucía.- El H. Puerta del Mar (Cádiz) incorpora la toxina botulímica al tratamiento de la disfonía espasmódica

Actualizado: martes, 19 septiembre 2006 18:24

CÁDIZ, 19 Sep. (EUROPA PRESS) - La Unidad de Patología de la Voz del Hospital Puerta del Mar de Cádiz lleva más de un año aplicando la toxina botulímica en el tratamiento de la disfonía espasmódica, una enfermedad que conlleva una pérdida progresiva de la voz, según informó hoy en una nota el citado centro, que destacó que la inyección de esta sustancia en las cuerdas vocales "garantiza a los pacientes que puedan volver a hablar como antes con una probabilidad mayor del 95 por ciento".

Además, el Servicio de Otorrinolaringología del centro gaditano utilizan esta técnica tanto con anestesia local, como por vía endoscópica. Según explicaron los doctores Miguel de Mier y Encarnación Ávalos, responsables de dicha unidad, esta enfermedad se caracteriza por "espasmos involuntarios o movimientos de los músculos de la laringe" que hacen que la voz "se quiebre" y tenga un sonido "tenso, forzado o entrecortado". Frente a ello, la inyección de esta toxina en las cuerdas vocales garantiza a los pacientes que puedan volver a hablar como antes con una probabilidad mayor del 95 por ciento. Con todo, De Mier puntualizó que esta técnica es "un modo de resolver los síntomas de una enfermedad, que todavía no se cura y que se caracteriza por su difícil diagnóstico". Hasta hace un año, momento en el que comenzó a realizarse la técnica, este centro sometía al paciente a una intervención quirúrgica de más calado y con anestesia general. Ahora, con el apoyo de un fibrolaringoscopio --sistema óptico que guía al especialista durante la intervención-- se inyecta directamente esta sustancia, que tiene la propiedad de mejorar la movilidad de las cuerdas vocales suprimiendo los espasmos. Esta intervención se realiza de manera ambulatoria, por lo que no se precisa de la hospitalización del paciente, que en pocas horas es dado de alta. Hasta la fecha, la Unidad de Patología de la Voz ha atiendido a más de 15 personas aquejadas de esta enfermedad, que han de acudir periódicamente al hospital para someterse a la inyección de toxina botulímica para poder hablar con normalidad.