Un 12% de los trasplantes renales son de donante vivo en España

Presentación dek XLIV Congreso S.E.N.
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 6 octubre 2014 14:56

BARCELONA, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Cerca de un 12 por ciento de los trasplantes renales que se efectúan en España son de donante vivo, si bien los porcentajes varían ampliamente entre las diferentes unidades de Nefrología, según datos aportados en el XLIV Congreso Nacional que la Sociedad Española de Nefrología (SEN), que se celebra desde este sábado y hasta el martes en Barcelona.

   El trasplante renal es el mejor tratamiento de elección en el paciente candidato según criterios clínicos, mejora la calidad de vida del paciente y reduce el coste del tratamiento integral de la insuficiencia renal tras el primer año de funcionamiento del injerto trasplantado.

   El jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Universitari de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Josep Maria Grinyó, ha subrayado que "el trasplante renal sigue siendo el tratamiento prioritario de la insuficiencia renal terminal, por lo que debe estar presente en todo sistema sanitario maduro".

   Los expertos reunidos en el encuentro actualizarán los últimos avances en trasplante de donante vivo, trasplante renal infantil, aspectos éticos relacionados con la donación, nueva clasificación de rechazo agudo, monitorización inmunológica y seguimiento del trasplante, complicaciones metabólicas y minimización de la inmunosupresión.

   "El candidato a trasplante renal es habitualmente un paciente con un amplio rango de edad, a menudo mayor e incluido en programas de diálisis periódicas", ha explicado Grinyó.

   En cuanto al trasplante renal cruzado, la actividad es progresiva y se va afianzando, con porcentajes inferiores al 2% de la actividad global.

   "Desgraciadamente, entre el 4% y el 5% de los pacientes trasplantados retornan anualmente a diálisis tras fracaso del injerto, siendo, por tanto, nuevos candidatos a trasplantes iterativos", ha añadido.

   Según el experto, el rechazo del injerto acontece en casos de vigorosa respuesta inmune, sobre todo, de tipo humoral, y su riesgo aumenta si no hay un buen cumplimiento de la pauta de inmunosupresión a largo plazo, también llamada de mantenimiento.