El 10% de la población de los países occidentales sufre artrosis, aunque sólo la mitad necesita fármacos

Actualizado: viernes, 23 marzo 2007 23:27


HUESCA, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

La artrosis afecta al 10 por ciento de la población de los países occidentales, aunque sólo la mitad necesita tratamiento farmacológico, según se ha puesto de manifiesto en las IX Jornadas de la Sociedad Aragonesa de Medicina General (SAMG) y en el VII Congreso Interautonómico "Pirineos 2007", que se celebran hasta mañana en Aínsa (Huesca).

Médicos generales y de familia de Aragón, Cataluña, País Vasco, Navarra y La Rioja participan en este encuentro científico, que trata, entre otros temas, sobre los síntomas de la artrosis, informan los organizadores en un comunicado.

La prevalencia de la enfermedad, del 10 por ciento en la población mayor de 20 años, se incrementa a partir de los 60 años hasta el 20 por ciento, mientras que a partir de los 80 años "el 80 por ciento de la población tiene síntomas de tipo artrósico en aparato locomotor", según ha señalado la reumatóloga María José Monreal, responsable del taller sobre artrosis que se desarrolla en este encuentro.

Sin embargo, ha continuado, hay pacientes con alteraciones radiológicas que se podrían diagnosticar como síntomas degenerativos artrósicos, "pero que son asintomáticas". Por esa razón, "hoy en día existe un amplio consenso en que el diagnóstico debe ser tanto clínico como radiológico". Teniendo en cuenta estos casos de artrosis asintomática la prevalencia de la artrosis en España ascendería hasta el 43 por ciento del total de la población.

La reumatóloga ha precisado que prevalencia de la patología artrósica varía mucho de hombres a mujeres. Según los estudios más recientes, "la artrosis afecta a un 25 por ciento de hombres y a un 53 por ciento de mujeres", aunque estos porcentajes varían en función de la edad.

PRIMERA CAUSA DE INVALIDEZ PERMANENTE

Manos, rodillas, caderas y columna son las principales víctimas de la artrosis, una enfermedad crónica y de lenta evolución que consiste en la alteración y desgaste progresivo del cartílago, del hueso subcondral y de la membrana sinovial de las articulaciones y que es la forma más común de patología reumática.

"Sólo hay una artrosis, la de cadera, que es más frecuente en hombres que en mujeres, lo que suele explicarse por la mayor dedicación a actividades laborales que implican tareas de sobrecarga sobre esta articulación", ha indicado la doctora Monreal. En el caso de la mujer, la artrosis más prevalente es la que afecta a las articulaciones de las manos y las rodillas.

"La primera artrosis que aparece en las mujeres con la edad es la de las manos ya que en estos casos influyen más los factores genéticos que los medioambientales", ha explicado la especialista. La artrosis de rodillas y la de caderas, tanto en hombres como en mujeres, aparecen en edades más avanzadas, "pues se trata de articulaciones más influenciadas por las sobrecargas articulares", ha agregado Monreal.

El dolor es el síntoma principal de la patología artrósica, aunque según la gravedad puede haber desde ausencia de síntomas hasta la discapacidad grave y crónica, limitando la capacidad de movimiento natural de la articulación. Así, ha subrayado Monreal, "la artrosis es la causa principal de discapacidad y aislamiento social, así como de incapacidad permanente en España".

La especialista se ha referido a dos categorías de tratamientos farmacológicos, los que alivian los síntomas, como analgésicos y antiinflamatorios, y los que modifican la estructura, con un efecto positivo sobre la progresión de los cambios degenerativos en la artrosis.

"Se trata de los llamados condoprotectores, fármacos que han aparecido hace escasos años y que modifican la enfermedad a través de una acción a largo plazo, frenando el deterioro del cartílago articular", ha señalado la reumatóloga.

Cuando la artrosis es severa y el paciente no responde a las terapias descritas anteriormente, puede someterse a una cirugía reparadora o de reemplazo (prótesis articulares) para suprimir el dolor y restaurar la función articular y la movilidad.

"En el tratamiento de la artrosis, como en otras enfermedades es necesaria la educación sanitaria dirigida al paciente, ya que es imprescindible su colaboración" puesto que "el enfermo tendrá que modificar sus hábitos de vida, como la dieta y la realización de ejercicio físico e, incluso en algunos casos, su actividad laboral".

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

"La artrosis no tiene cura", ha enfatizado la especialista, "pero sí que disponemos de medios para controlar la aparición y la evolución de esta enfermedad". Además, ha destacado, la mejor manera de prevenirla y tratarla es actuando sobre los factores de riesgo modificables.

"Existen factores de riego, como la edad, el sexo, la herencia genética que no podemos cambiar, pero existen otros sobre los que sí podemos actuar, como las sobrecargas articulares o malas posturas, el control de las alteraciones óseas presentes desde el nacimiento o las acaecidas durante el crecimiento", ha relatado.

También se puede actuar ante otros factores de riesgo como la obesidad, la actividad laboral y física, incluida la deportiva, y factores de riesgo locales como traumatismos previos u otro tipo de enfermedades, sobre todo las inflamatorias. "Si se controlan o eliminan estos factores, evitaremos un deterioro precoz del cartílago", ha concluido la especialista.