El mal aliento en los niños: ¿A qué se debe?

Halitosis, boca, mano, secreto, silencio, callar
GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / VOYAGERIX
Actualizado: domingo, 29 julio 2018 9:24

   MADRID, 29 Jul. (EDIZIONES) -

   Aunque pensemos lo contrario, la halitosis o mal aliento es más frecuente en los niños de lo que creamos. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), llega a afectar hasta un 25-30% de la población adulta, pero en los niños se desconocen las cifras.

   "Se sabe que puede estar presente en niños pequeños y que su frecuencia aumenta con la edad. La mayoría de las veces el mal olor se origina en la boca y, más concretamente, en la parte posterior de la lengua", agregan.

   Por su parte, el Instituto del Aliento asegura que los niños poseen una mayor proporción de casos de halitosis con origen en la otorrinolaringología, como la hipertrofia del adenoides, amígdalas, fenómenos de obstrucción nasal, entre otras afecciones.

   Según precisa, es mucho menos frecuente que el origen de la halitosis se encuentre en la nariz o en los senos paranasales. "En un niño pequeño con olor nasal muy fétido (parecido al queso) se debe indagar siempre si ha podido introducirse algún objeto en la nariz. Es muy raro que la causa del mal aliento en niños se deba a alguna enfermedad digestiva o sistémica", aprecia.

   De hecho, sostiene que se han diagnosticado varios casos de presencia de un cuerpo extraño en la nariz (como por ejemplo una punta de un lápiz), sobre todo en niños muy pequeños.

   Es más, dicen que es cierto que un recién nacido o un niño pueden presentar casi todas las posibles causas de halitosis que se hallan en un paciente adulto. Si la causa no es evidente para los padres, como por ejemplo que no se deba a una mala higiene, se recomienda que acudan a una consulta especializada, realicen las pruebas de diagnóstico para averiguar la causa (ya que el mal aliento puede ser una señal de una enfermedad subyacente) y traten a su hijo en seguida.

PRINCIPALMENTE DE ORIGEN BUCAL

   Desde la AEP explican que el 80-90% de las veces el mal olor se origina en la cavidad bucal y más concretamente en la parte posterior de la lengua. "En esa zona pueden acumularse restos de alimentos, de mucosidad y de células descamadas. Cuando estas sustancias son descompuestas por bacterias de la boca aparece la halitosis. Por este motivo es tan importante realizar una correcta higiene bucal y de prótesis dentarias, ortodoncias y piercings linguales", destaca.

   La saliva tiene un efecto limpiador y antimicrobiano y, por tanto, protector frente a este problema, resalta la AEP. Además, indica que durante el sueño disminuye la producción de saliva y por este motivo es tan frecuente la halitosis al despertar.

   Otras circunstancias que también disminuyen la producción de saliva y, que por tanto pueden empeorar el olor del aliento, son la deshidratación, el ayuno, la fiebre, la respiración bucal, algunos medicamentos, o largas conversaciones, por ejemplo. "Los procesos inflamatorios o infecciosos que ocurren en la boca y que afectan a las encías, la lengua, las piezas dentarias, el paladar, las amígdalas o la faringe pueden causar mal olor del aliento y también algunos alimentos (ajo, cebolla, especias, repollo, coliflor, rábanos, chocolate, pimiento, café, dietas muy ricas en grasas y proteínas, entre otros). El alcohol, el tabaco (incluso en fumadores pasivos) y la marihuana producen olor fétido bucal", añade.

   Por ello, ve recomendable:

   .- Beber agua con frecuencia y realizar una dieta equilibrada evitando los alimentos que pueden producir halitosis.

   .- Mantener una adecuada higiene bucal: cepillado dental y lingual tres veces al día (mínimo dos), y usar seda dental una vez al día. En ocasiones, ve recomendable realizar enjuagues durante 30 segundos con un colutorio por la noche tras el cepillado, y sin sustituir a éste.

   .- Masticar chicles sin azúcar un tiempo breve (durante cinco minutos es suficiente).

   .- Mantener una adecuada higiene nasal en caso de exceso de mucosidad mediante sonado o lavado nasal con suero fisiológico o agua de mar.

   .- Acudir de modo regular al odontólogo.