¿Qué hace tu cuerpo todo el día sin que te des cuenta?

Rayos X de trabajadores
GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / DEVRIMB
Actualizado: sábado, 19 mayo 2018 8:55

   MADRID, 19 May. (EDIZIONES) -

   Los procesos que tu cuerpo debe realizar cada minuto para vivir, por no hablar de las reacciones bioquímicas que se producen millones de veces por segundo, no se pueden confiar a los distraídos lóbulos frontales (la parte consciente y planificadora del cerebro).

   Así lo afirman la profesora de Anatomia y Fisiología en el Carmel High School (Indiana, Estados Unidos) y Maggie Norries, escritoria científica, en ‘Anatomia y Fisiología para dummies’ (Planeta), un manual en el que destacan a su vez que nuestros órganos y sistemas realizan los procesos y reacciones de forma automática, sin que se sea consciente de ello.

   “Día y noche, años tras año, tu cuerpo crea, mantiene y protege todas sus partes; mantiene la temperatura y el contenido de líquidos en unos límites determinados, y mete y saca sustancias. Son los procesos de metabolismo y homeostasis”, precisan.

   Según recuerdan, el ser humano es un ser ‘heterótrofo’, un organismo que no realiza la fontosíntesis y que se alimenta de otros, ingiere energía en forma de materia y utiliza la energía almacenada en sus enlaces químicos para alimentar los procesos de metabolismo y homeostasis. “Esa energía se transforma en la materia que aprovechas (material de tus células), en la que rechazas (en el aire que exhalas y en la orina), y en el calor que se irradia de tu cuerpo al entorno”, añaden.

HACER Y DESHACER: EL METABOLISMO

   Sobre el metabolismo explican que se trata de todas las reacciones químicas que se producen en el cuerpo y que pueden ser de dos tipos: las anabólicas, que crean cosas (moléculas); y las catabólicas, que las descomponen. “Tu cuerpo realiza reacciones anabólicas y catabólicas simultáneamente, todo el tiempo, para mantenerte vivo. Incluso cuando duermes, tus células están ocupadas; nunca descansas (menos cuando mueras)”, señalan.

   Aunque la persona se esté quieta, en su interior destacan que todo sigue en movimiento. “Día y noche los músculos se contraen, el corazón late, la sangre circula, el diafragma sube y baja con cada respiración, se transmiten impulsos nerviosos, el cerebro lo etiqueta todo, piensas, sueñas (otra forma de pensar), los intestinos mueven lo que se comió hace horas por el tubo digestivo, los riñones filtran la sangre y producen orina, las glándulas sudoríparas se abren y cierra, los ojos parpadean y se mueven durante el sueño, los hombres producen esperma y las mujeres avanzan en su ciclo menstrual”, describen las autoras.

   Según indican, cada célula del cuerpo es como una minúscula fábrica que convierte la materia prima (nutrientes) en útiles moléculas como proteínas y miles de productos. “Los nutrientes proceden de lo que comes, y las células los utilizan en reacciones metabólicas en las que parte de la energía se utiliza para generar un compuesto llamado ‘trifosfato de adenosina’ (ATP), que las células usan como combustible para todas las reacciones químicas”, precisan.

LA HOMEOSTASIS

   Además, las autoras explican que las reacciones químicas no son aleatorias, sino que se producen si se dan las condiciones adecuadas: que haya cerca las cantidades adecuadas de los reactivos convenientes, que haya combustible para la reacción, y que las variables del entorno estén dentro de los límites apropiados, incluida la temperatura, la salinidad y el pH.

   “Homeostasis es el término que utilizan los fisiólogos para referirse al equilibrio de todas las variables. Nuestro cuerpo utiliza muchos mecanismos homeostáticos para mantenerlo todo bajo el mismo control, si no no se pueden producir todas las reacciones del metabolismo”, advierten.

   Algunas de estas variables son:

- La termorregulación o mantener una temperatura constante: Las reacciones metabólicas exigen una temperatura dentro de unos límites. Como somos de ‘sangre caliente’ o ‘homeotermos’ mantenemos una temperatura corporal casi constante independiente de la temperatura externa, y lo conseguimos regulando el índice metabólico a través de distintos mecanismos, como el sudor, entre otros.

- Balance hídrico: Gran parte de las reacciones metabólicas necesitan un medio acuoso. El cuerpo contiene mucha agua, en las sangre, en las células, en los espacios entre las células, o en los órganos digestivos entre otros. No se trata de agua pura sino de un disolvente para miles de iones y moléculas (solutos).

   - Regular el suministro de combustible, la concentración de glucosa en sangre: La glucosa, el combustible de los procesos celulares, llega a todas las células disuelta en la sangre. Ésta ha de ser lo suficientemente elevada para que todas las células tengan combustible. Sin embargo, un nivel demasiado elevado de glucosa puede dañar muchos órganos y tejidos importantes, en especial allí donde los vasos son minúsculos, como en la retina del ojo, las extremidades (manos y pies) y los riñones.

   De hecho, aquí subrayan que la diabetes es una enfermedad en la que hay concentración excesiva y crónica de glucosa en la sangre. El páncreas es el encargado de controlar la cantidad de glucosa en sangre.

   Por último, las autoras resaltan que los organismos utilizan mecanismos de autorregulación para controlar diferentes aspectos de su fisiología y , por ejemplo, se regulan las condiciones fisiológicas dentro de unos límites, diciéndole al sistema que ralentice o disminuya la producción cuando se ha alcanzado la cantidad óptima, o que la acelere o la aumente si se encuentra por debajo de dicho umbral.