5 claves para leer las etiquetas de los alimentos infantiles

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PIXABAY / YALEHEALTH
Actualizado: martes, 18 septiembre 2018 12:05

MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -

La sociedad es cada vez más consciente de los alimentos que consume y los ingredientes que los componen, una inquietud que aumenta si se habla de la alimentación de sus hijos. Además, los consumidores demandan productos naturales y rechazan azúcares en la misma medida que no quieren tomar conservantes, colorantes y otros añadidos.

Sin embargo, para tener un conocimiento lo más completo posible en este campo es necesario saber leer e interpretar los etiquetados de los alimentos, materia que genera mucha confusión por el desconocimiento generalizado en materia de nutrición. De hecho, casi un tercio de los padres españoles puntúa sus conocimientos de nutrición por debajo del 4 sobre 10, según arroja un estudio realizado por Danone Nutricia Early Life Nutrition.

La Mesa de Participación de las Asociaciones de Consumidores manifiesta que, para el 58 por ciento de los consumidores, la composición o ingredientes son el segundo elemento más importante de la etiqueta, sólo por detrás de la fecha de caducidad, lo más importante para el 65 por ciento.

Por otro lado, el contenido en grasas y en azúcares son los elementos de la información nutricional más valorados. Según datos de la misma encuesta, la valoración del lugar de origen ha sido la que mayor crecimiento ha experimentado en el último año.

Estos datos muestran que leer las etiquetas de los ingredientes es fundamental para asegurarse de que se proporcionan los nutrientes necesarios a los niños y, por el contrario, se evitan azúcares añadidos, conservantes, sal u otros componentes que no son beneficiosos para su salud.

De hecho, actualmente, en el Reglamento de la Unión Europea Nº 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, el único producto destinado al consumo que está eximido de mostrar su información nutricional son las bebidas con un grado alcohólico volumétrico superior a 1,2 por ciento.

La norma, publicada en mayo de este mismo año, incide en que el etiquetado debe ser claro y legible, para lo que se ha establecido un tamaño mínimo de fuente para la información obligatoria de 1,2 milímetros. Si la superficie máxima del envase es inferior a 80 centímetros cuadrados, el tamaño mínimo se reduce a 0,9 milímetros. En caso de que sea menor de 25 centímetros cuadrados, la información nutricional no será obligatoria.

CLAVES PARA LEER LAS ETIQUETAS

Para evitar la confusión en el etiquetado de los alimentos y aumentar el conocimiento en nutrición, Danone proporciona cinco consejos para leer las etiquetas de los alimentos infantiles.

- Fijarse en los nutrientes. Hay que optar por alimentos que contengan nutrientes de alta calidad como la fibra, hierro o vitaminas, así como por productos naturales.

- Alto contenido en fibra. La fibra aporta grandes beneficios a la salud digestiva del bebé ya que evita el molesto estreñimiento, tan común en la primera etapa de la introducción de la alimentación complementaria. Frutas, verduras, legumbres o cereales son ejemplo de alimentos ricos en fibra.

- Azúcar. Es importante conocer el porcentaje de azúcar que contienen los alimentos, especialmente los destinados a los más pequeños. La Organización Mundial de la Salud recomienda reducir la ingesta de azúcares libres para evitar el riesgo de enfermedades no transmisibles, especialmente en materia de prevención, y el control de las caries dentales y del aumento del peso hasta niveles no saludables.

- Dextrinados, el azúcar camuflado. Muchos envases de alimentos infantiles, especialmente cereales, incluyen la indicación de 'sin azúcar' o 'sin azúcares añadidos'. Sin embargo, en los ingredientes podemos encontrar cereales dextrinados o hidrolizados.

Es decir, carbohidratos originalmente complejos o de cadena larga transformados en carbohidratos simples o de cadena corta, o lo que es lo mismo, azúcares. Para identificarlo, es conveniente fijarse en la tabla nutricional ya que, en caso de contener dextrinados, los valores de azúcar serán superiores a a aquellos que no los contengan.

- El origen sí importa. Especialmente en alimentos como los cereales, que es uno de los primeros alimentos sólidos que se introducen en la alimentación del lactante. Los campos de cereales para bebé y para adulto no son iguales, por lo que es preferible optar por ingredientes que procedan de terrenos cultivados en óptimas condiciones climáticas y que protejan sus características en todo momento.

Además, a partir del 1 de abril de 2020, todos los alimentos deberán indicar su procedencia lo que permitirá identificar más fácilmente aquellos productos que, al necesitar condiciones de larga conservación, incluyen potenciadores del sabor, como los azúcares añadidos; espesantes, como las grasas hidrogenadas; o estabilizantes, como el aceite de palma.

Optar por productos de procedencia europea también favorece la conservación del medio ambiente, frente a escoger productos que han tenido que ser transportados de otros continentes.