Nueva teoría sobre por qué las mujeres son más propensas a las enfermedades autoinmunes

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Actualizado: jueves, 7 junio 2018 10:45

MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) han desarrollado una nueva teoría sobre los posibles mecanismos detrás de las diferencias de género en la aparición del reumatismo y otras enfermedades autoinmunes.

El estudio, publicado en la revista 'Nature Communications', puede ser "importante para el tratamiento futuro de estas enfermedades", ha señalado Asa Tivesten, profesora de Medicina en la Academia Sahlgrenska (Suecia)y una de las autoras del estudio. "Es muy importante entender qué causa que estas enfermedades sean mucho más comunes entre las mujeres, de forma que podamos proporcionar un mejor tratamiento para estas patologías", ha señalado.

En las enfermedades autoinmunes, el sistema inmune crea anticuerpos que atacan el propio tejido del cuerpo. Casi todas las enfermedades autoinmunes afectan a las mujeres con más frecuencia que los hombres. La diferencia de género es especialmente grande en el caso del lupus, una enfermedad grave también conocida como lupus eritematoso sistémico o LES. Nueve de cada diez personas afligidas son mujeres.

Se sabe que existe un vínculo entre la testosterona y la protección contra enfermedades autoinmunes. Los hombres generalmente están más protegidos que las mujeres, que solo tienen una décima parte de testosterona, que reduce la cantidad de células B, un tipo de linfocito que libera anticuerpos dañinos.

Los investigadores detrás del estudio han intentando comprender cuál es realmente la conexión entre la testosterona y la producción de células B en el bazo, con unos mecanismos que hasta ahora se desconocen. Después de numerosos experimentos en ratones y estudios de muestras de sangre de 128 hombres, los investigadores consideran que la conexión clave es la proteína BAFF, que beneficia a las células B. "Hemos concluido que la testosterona suprime la proteína BAFF. Si elimina la testosterona, obtiene más BAFF y por lo tanto más células B en el bazo porque sobreviven en mayor medida", ha detallado Asa Tivesten.

Los resultados van en la misma línea que un estudio previo que mostró que las variaciones genéticas en BAFF pueden estar relacionadas con el riesgo de enfermedades como el lupus. Esa enfermedad se trata con inhibidores de BAFF, un medicamento que, sin embargo, "no ha cumplido realmente las expectativas".

"Es por eso que esta información sobre cómo el cuerpo regula los niveles de BAFF es extremadamente importante, de modo que podamos continuar tratando de entender qué pacientes deben tener inhibidores de BAFF y cuáles no. Por lo tanto, nuestro estudio sirve como base para futuras investigaciones sobre cómo se puede utilizar este fármaco de una mejor manera", ha concluido la investigadora.