La mejor vía para extirpar los tumores de hipófisis es desde la nariz hasta el cerebro, según experto

Intervención  tumores de hipófisis
HOSPITAL UNIVERSITARIO QUIRÓNSALUD MADRID
Actualizado: jueves, 5 abril 2018 14:04

MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

El neurocirujano del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, el doctor Luis Ley, afirma que la mejor vía para extirpar los tumores de hipófisis es desde la nariz hasta el cerebro, ya que permite una mínima invasión y una recuperación más rápida de los pacientes.

La hipófisis es una glándula que controla la producción de gran número de hormonas. Los tumores pueden alterar su segregación y además, pueden causar problemas de visión al comprimir las vías visuales que se encuentran en sus inmediaciones.

Para extirparlos la vía más directa es a través de a nariz mediante visión endoscópica (abordaje transesfenoidal asistido por endoscopia) "que permite una mejor recuperación del paciente y, sobre todo, permite al neurocirujano ver en todo momento lo que está haciendo y mejorar la resección tumoral, aportando seguridad y eficacia al procedimiento", explica el experto, quien realiza habitualmente este tipo de intervenciones.

En el mismo sentido, el doctor Carlos Ruiz Escudero, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, quien realiza también estas intervenciones con el doctor Ley, señala que "la vía de abordaje más moderna de los tumores de hipófisis es a través de la nariz y asistida mediante visión endoscópica".

"Esta clase de intervención es mínimamente invasiva, reduce la morbilidad, las complicaciones, es más cómoda y más precisa. Además, el uso de equipo de endoscopia mejora la utilización de microscopios", añade.

Para realizar esta intervención se debe utilizar un neuronavegador, que ayuda a los cirujanos a conocer con exactitud en qué punto de la anatomía del paciente se encuentran en cada momento. Así se consigue permite integrar con gran precisión las imágenes diagnósticas de resonancias magnéticas previas con las que el neurocirujano está observando en el paciente durante la intervención, así conoce en todo momento dónde se encuentra.

"Esta posibilidad es extremadamente útil en pacientes que ya han sido intervenidos con anterioridad y que pueden tener alteraciones en su anatomía, lo que repercute en la seguridad del acto quirúrgico", añade Ley.